ACASO UNA EXPLICACIÓN
.
porque si el amor
puede no ser ajeno al desdeño
como escribí ayer,
quizás convenga
para comprender este monstruoso
compendio de contradicciones
que nada es ajeno a él,
que todo lo que le nombra
puede nombrar a su contrario;
una lucha sin cuartel
haya o no sangre,
porque nuestro ánimo
dispuesto a simplificar
sólo define aquella parte del día
en donde no existe la noche que testifique,
siendo que noche y día,
anverso y reverso
paz y guerra
son los componentes
sin los cuales no cabe
hablar de la totalidad del ser;
y por ello, con más razón,
de eso que llamamos amor.
.
Acaso aceptar que la guerra
es un componente
sine qua non de la vida
que va contra la forma superficial
que tenemos de ver la realidad,
una moral que aprendimos
desde siempre
para olvidarnos definitivamente
de nuestro lado más oscuro.
.
Infierno y paraíso,
en esos términos se expresaron los hombres
cuando hubieron de inventar a los dioses,
su irresoluta presencia
uno dentro de otro;
como esos gusanos
que se comían el otro día
a la cabra muerta.
Los gusanos ya estaban dentro de ella,
sólo bastó que la vida bajara la guardia,
la cabra hincara sus rodillas en el suelo
para que un ejército de ellos
poblaran y devoraran su cuerpo.
.
Porque si no es así
y todo fuera “como tiene que ser”
luces sin sombra
calor sin frío
paraíso sin infierno,
amor impoluto,
estaríamos hablando de un mundo que no existe,
olvidaríamos que para nadar
necesitamos la resistencia del agua,
para correr el impulso sobre el suelo,
siempre el corazón de las tinieblas
tras cada curva del río;
el miedo a perderlo todo
la inquietud asomando la cabeza
entre las sábanas...
porque la vida nace
de la oposición de los contrarios,
de la lucha por definir
nuestros propios límites,
de la disposición de nuestro amor
para enfrentar una batalla más.
.
La única mentira es esa que afirma
que el amor es un cuadro acabado,
que la felicidad es un frasco de formol.
Quizás por ello tantas mentiras,
porque quisimos ser enamorados
sin aceptar que el infierno
está en cada célula del cuerpo,
que el bien y el mal,
la luz y la sombra,
forman la íntima sustancia
de que está hecha nuestra carne.
.
De todos modos
raro muestrario de verdades éste
que para expresar el amor
ha de recurrir a la escondida violencia
de las armas,
a los incisivos en la yugular,
que se manifiesta en los ojos llenos de sangre.
... Extraña manera de amarse, si.
.
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